Pero a pesar de sus distintos escritores, ocupaciones e idiomas, de existir en lugares y tiempos diferentes, todos los libros de la Biblia muestran una unidad y fue la inspiración divina dada por El Espíritu Santo a cada individualidad de sus autores (2 Sa 23:2). No hagan falta por https://thomasc702lrw2.rimmablog.com/profile